Dr. Mauricio Burchard
¿Qué es un implante dental?
Una implante funciona como una nueva raíz que se instala en el hueso de manera definitiva y entrega soporte y resistencia a los nuevos dientes (coronas). El objetivo es lograr una unión íntima con el hueso llamada "Oseointegración" la cuál, bajo condiciones ideales, podría ofrecer una solución de largo plazo.

¿Por qué son de Titanio?
En los tejidos vivos, el Titanio representa una superficie biocompatible sobre la cual el hueso crece y se adhiere al metal, formando un anclaje anquilótico, también llamado "Oseointegración". El Titanio es un elemento químico que posee alta resistencia a la corrosión, al ataque de ácidos y gran resistencia mecánica. Es un metal compatible con los tejidos del organismo humano, pues toleran su presencia sin reacciones alérgicas.
Principales Características
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Mantienen un funcionamiento adecuado del sistema digestivo: La ausencia de uno o más dientes alteran la forma en que el alimento llega al estomago, afectando la digestión.
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Mejoran la confianza y autoestima: A diferencia de una prótesis, un paciente con un implante oseointegrado se siente seguro al momento de comer. Al sonreír, no se ven ganchos ni elementos extraños y no tiene que sacárselos para dormir.
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Restablecen la armonía en el rostro del paciente: Cuando se pierden piezas dentales en la zona de los labios, la forma y la expresión facial naturalmente sufren una deformación. Los implantes oseointegrados contribuyen a volver los labios a su posición correcta, devolviendo al paciente una apariencia más joven.
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Están fabricados con materiales biocompatibles: Como resultado, el cuerpo los tolera correctamente.​
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Son mínimamente invasivos: Los dientes sanos adyacentes se mantienen intactos, porque al contrario que con los puentes convencionales, no es necesario tallarlos. ​
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Mantienen el hueso natural: Una de las mayores ventajas es que estimulan el crecimiento del hueso y detienen la pérdida ósea.


¿En qué consiste un tratamiento con implantes dentales?
Los tratamientos con implantes se llevan a cabo en tres fases: estudio y planificación, colocación quirúrgica en el hueso y preparación e instalación de la prótesis definitiva.
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Estudio y planificación
Para determinar la indicación de un implante es necesario primero evaluar la condición clínica general del paciente, la salud dental y la calidad ósea del maxilar o de la mandíbula. Para eso se requieren exámenes complementarios como radiografías panorámicas (en todos los casos), scanner y exámenes de laboratorio, entre otros. Es importante, además, que el paciente entregue los antecedentes médicos que estime convenientes.
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Instalación quirúrgica de los implantes en el hueso
El procedimiento consiste en perforar la mucosa de la encía y labrar un lecho en el hueso en el que se introduce el implante. Es un procedimiento muy sencillo y atraumático. Lugo, en caso de haber incindido la mucosa, ésta se sutura, quedando el implante completamente cubierto por la encía. Los implantes tienen que integrarse al hueso, uniéndose gradualmente a éste para generar un tejido que sea capaz de resistir cargas masticatorias.
Este proceso se denomina oseointegración y, dependiendo de distintas circunstancias, puede durar entre 3 y 6 meses. Durante este periodo, si es necesario estéticamente, los pacientes deben utilizar dientes o prótesis provisorias.
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Preparación e instalación de la prótesis definitiva
Una vez que los implantes se han unido sólidamente al hueso, comienza el proceso de rehabilitación final. Si el implante ha quedado cubierto por la encía, se expone mediante una pequeña incisión y se preparan los tejidos blandos para realizar las conexiones protésicas. Luego se colocan unas pequeñas piezas, denominadas pilares, que servirán de soporte para los dientes artificiales.
Los pilares salen del implante a través de la encía, pero luego quedarán invisibles bajo los dientes artificiales definitivos. Una vez realizado el molde, se confecciona la prótesis que irá sujeta a los implantes. La rehabilitación es variable en cada caso en particular, según la necesidad del paciente: piezas unitarias, puentes de varias piezas o prótesis totales que van con sistemas de retención sobre los implantes que se comportan como una prótesis fija.​
Las personas que califican a este tipo de tratamiento generalmente son:
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Personas que han perdido uno o más dientes.
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En pacientes con buena calidad de hueso o cuando el hueso es insuficiente, existen técnicas de injerto óseo que permiten la colocación de un implante sin problema.
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Personas que poseen tejidos orales saludables. Incluso pacientes que padecen de enfermedades de orden general como diabetes, si son tratados médicamente pueden colocarse implantes.
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Pacientes que no puedan usar prótesis dentales removibles y prefieran prótesis fijas.
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Pacientes que quieran mejorar su masticación y fonación.
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Quienes deseen aumentar su autoestima y salud bucal.